SELECCIÓN DE TRABAJOS, JORGE GARCIA BADARACCO
comp. Maria Elisa Mitre

Los artículos que se incluyen en esta compilación muestran el desarrollo del pensamiento de Jorge García Badaracco desde la década de los ´60 hasta el fin de sus días. La introducción escrita por él, abarca hasta 1995.
En los primeros trabajos de García Badaracco es notoria la influencia de Melanie Klein, que era el enfoque que preponderaba en aquellos años en la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) y en todas las asociaciones psicoanalíticas del mundo, tanto en la teoría como en la técnica.
Mi trabajo clínico comenzó en su Comunidad Terapéutica y se desarrolló junto a él en los hospitales públicos y en instituciones privadas. Se me fue haciendo claro que García Badaracco había desarrollado habilidades particulares para entender a los pacientes sin necesidad que ellos le dijeran nada. También se podía percibir que los pacientes se sentían comprendidos por él. Esto ocurría por razones difíciles de describir con palabras. Tenía que ver, más bien, con la mirada, las actitudes y los gestos. Aunque creo que tenía una condición natural, la experiencia adquirida jugaba un papel importante. Puedo decir que, sin duda, era uno de los psiquiatras con mejor manejo clínico de los que han trabajado en la Argentina.
Mis experiencia de tantos años compartiendo estos grupos me ha demostrado que el contexto multifamiliar adecuadamente coordinado produce un fenómeno que sorprende cada vez que sucede: un paciente mental grave puede encontrar las condiciones que necesita para participar con cordura.

 

 

COMENTARIOS DEL LIBRO:

Por Dr. GABRIEL DOBNER (A.P.A.)

Todos nosotros nos formamos en el psicoanálisis, teniendo presente los tres tomos de Freud traducidos por Ballesteros, luego la colección Rueda y finalmente la de Etchevery, constituyeron nuestros textos bíblicos a los cuales volvemos constantemente.

Roazen (historiador del psicoanálisis) en su texto “Hermano animal” es quien con su opinión, ha contribuido a difundir que Freud, rechazaba analizar psicóticos. Esto se comprendía a la luz de los factores teóricos que eran contingentes  a su técnica. Algunos enfermos le gustaban a Freud y otros no, por razones éticas. También negaba el análisis a los canallas; de los cuales decía que no son dignos de nuestros esfuerzos; según consta en una carta dirigida a Eduardo Weiss en 1922.

Pfister mantiene un intercambio epistolar con Freud acerca de un paciente que le recomendara, un americano joven, psicótico.

Herbert Rosenfeld, analizado de Melanie Klein extiende la técnica al abordaje de los estados confusiónales, hipocondrías, estados psicóticos; siendo en los años cincuenta un gran referente de la técnica clásica. También se cuenta, que cuando un paciente tenía un brote psicótico, lo dejaba de atender hasta que las técnicas convulsivantes, o la medicación de la época lo devolvieran a un estado mental apto para su técnica.

El narcisismo y los estados psicóticos parecían marcar los límites técnicos de su abordaje.

En  todos los tratamientos psicoanalíticos de esos tiempos se aplicaba que podemos llamar el síndrome de Procusto.

En la mitología griega, Procusto se traduce como “estirador” también se lo traduce como avasallador o controlador. Procusto tenía una posada donde albergaba a viajeros solitarios. Estos usaban una cama que cuando su cuerpo era más largo, que la cama, procedía a cortarle lo que sobresalía. Si por el contrario  su longitud era de menor, estiraban al cuerpo. El lecho o diván de Procusto por extensión, expresa cuando se fuerzan los hechos para que entren dentro de una teoría y técnica.

Lo anteriormente descrito puede suceder muchas veces con la técnica psicoanalítica cuando se la pretende adaptar  forzadamente, no solamente al tratamiento de las psicosis, sino que muchas veces con las patologías graves que se fueron presentando, en el amplio espectro de la salud mental.

Uno de los puntos de partida de García Badaracco, que lo diferenció de la época, fue el trato que le dio al brote psicótico. Lo interpretó como un pedido de ayuda que necesitaba un continente de sostén adecuado.

También en sus escritos tiene un trato especial el diagnóstico, pronóstico y la  desestigmatización de la enfermedad mental.

Sus trabajos sobre la comunidad terapéutica psicoanalítica, que funciono durante muchos años en la clínica DITEM, le permitió integrar todos los recursos terapéuticos (análisis individual, familiar, farmacológicos, laborterapia, etc.) así como también las vicisitudes y etapas por las que atraviesan  los procesos terapéuticos.

La obra presentada debería formar parte de la formación de todos los psicoanalistas que cursan los seminarios de nuestra institución.

En 1918 Freud creó instituciones, donde se habrían de desempeñar los psicoanalistas, hace una reflexión sobre la cara social del síntoma. Compara las consecuencias de las neurosis con los efectos sociales de la tuberculosis. Describe el riesgo del alcoholismo que acecha a los hombres, las privaciones que la pobreza hace padecer, y el futuro de la delincuencia que la sociedad reserva a muchos de sus jóvenes, pensando a la intervención psicoanalítica como apropiada para estos casos. Expresa su anhelo de que el estado no tardé de comprender la obligación de hacerlo.

Freud, al igual de cómo lo pensara Badaracco, acercan  el tema de la salud mental, al ponerlo en relación al papel del estado, de las instituciones de Salud, el Psicoanálisis y la Demanda social.

Desde entonces en Budapest, Berlín, Londres con la Tavistock y en muchos otros centros se vienen produciendo ofertas psicoanalíticas a la sociedad.

En la actualidad la ley de salud mental 26657 anuncia que para el año 2020 los neuropsiquiátricos deberían dejar de existir, pero son muchos los que plantean, que son pocos los dispositivos clínicos que hay para reemplazarlos.

Desde hace años que se vienen planteando dispositivos intermedios de base comunitaria, como son las casas de medio camino y de convivencia en hostales y en centros de día, así como también la creación y desarrollo de empresas sociales para la post internación, donde los pacientes se pueda reintegrar a la vida laboral y productiva para así lograr su propia subsistencia.

Toda esta cadena de dispositivos intermedios puede ser parte de lo que García Badaracco describe en infinidad de trabajos del texto hoy presentado,  como las etapas de curación concebida como un redesarrollo de recursos yoicos para enfrentar las conflictivas propias del sufrimiento humano.

Los trabajos de nuestro autor dan la posibilidad, que grandes grupos de personas tengan acceso al tratamiento, en  los Grupos de Psicoanálisis Multifamiliar.

Esta convergencia de la salud mental y el Psicoanálisis, permiten ir ensanchando los alcances de la teoría y de la técnica psicoanalítica.

Muchos de nosotros participamos de la elaboración de la escritura de estos libros, que tratan de testimoniar cincuenta años de trabajo asistencial, el seguimiento, evolución y  desarrollo de muchas familias.

María Elisa Mitre fue la discípula que más convivió con la vocación del maestro, de transmitir su experiencia clínica y  su deseo de psicoanalista, que no era sólo un puro amor por el inconsciente, sino que apuntaba a prestar su Ser, al servicio de crear recursos para el desarrollo del verdadero ser autónomo.

Me animó a decir que para María Elisa haber asumido el intenso trabajo de recopilar todos los trabajos de Jorge, ha representado un nuevo proceso terapéutico en su formación de psicoanalista.

Te pido permiso, querida amiga, para conceptualizarlo así: “Partís de lo obvio para ser atrevida y espontánea. Escaneas e imantas lo más escondido del verdadero ser. Generosa en la entrega, no le temes a ser extravagante cuando buscas los tesoros que parecen perdidos en lo más verdadero de nosotros mismos”.

En nombre de JORGE y de todos nosotros, tus colegas, te damos MUCHAS GRACIAS.