Salmones terapéuticos: clima emocional y vivencias en la Escuela para Padres Multifamiliar
Dra Silvia Piskorz, Mireille Conscience

Resumen

Después de exponer una breve historia de la Escuela para Padres Multifamiliar en los Consultorios Externos del Hospital Braulio Moyano en Buenos Aires, el objetivo de este documento es abordar la importancia del clima emocional, tanto para los pacientes como para los terapeutas, en las reuniones de Escuela para Padres Multifamiliar. Desde una mirada sobre las condiciones y contextos sociales actuales, enfatizamos el sentido de trabajar con el clima emocional. Presentamos algunas de sus características en relación con su rol para promover el cambio terapéutico y damos ilustraciones desde nuestras experiencias y vivencias como terapeutas.

 

Lo que en mi siente, está pensando. Pessoa, leído por Santiago Kovadlof

 

Raíces de la mente cerrada.

Sabemos que la mente humana es en su comienzo de naturaleza esencialmente vivencial; un niño pequeño vive la relación con su madre en términos de las vivencias que esta relación les despierta, y a su vez, despierta en su madre vivencia de su propia infancia; Todo esto acontece durante varios años sin la dimensión del lenguaje articulado. Este intercambio vivencial es creativo en una relación sana; Si se presenta como una relación traumática, en el niño tenderá a neutralizar las vivencias dolorosas, identificándose con los mecanismos que la madre utiliza para neutralizar las vivencias intolerables que su hijo le despierta y es por esto que se hace traumática la relación (G. Badaracco, 2006).

 

Breve historia de la Escuela para Padres

El trabajo multifamiliar en CE del Hospital Moyano, lo llamamos Salmones terapéuticos por el desovar contra corriente de estos peces, como los colegas esforzados en un ámbito con población tan lesionada por factores sociales, trabajando para lograr mejorías y redesarrollos tan necesarios. Necesarios para todos, pacientes y terapeutas. La prevención del síndrome “burn out” en los profesionales, no depende solamente de que haya suficientes profesionales, sino también de la convicción terapéutica en el quehacer. Así, por invitación de la entonces jefa del servicio el Doctor García Badaracco fue al Moyano en 1996. Años después (diciembre de 2011) y por la misma necesidad de una población mayoritariamente conformada por madres, la misma Doctora Lucia Raczkowski con mi colaboración, tomó el modelo creado para familia con niños por Eva Rotenberg (2007, 2014). Así comenzó esta Escuela para Padres Multifamiliar de los viernes a la mañana.

Carolina de 9 años era la única acompañante de su mamá en evaluación para una probable internación. La señora, recientemente separada del papá de Carolina, se caía súbitamente en el hogar o en la calle. A la reunión habitual del grupo multifamiliar la Dra citó a una madre externada con sus hijos de 6 y 3 años. Al entrar Carolina, mientras su mamá era evaluada en otro consultorio, por un rato no pudo hablar, upa de la Dra, prorrumpió en sollozos desgarradores y nos dijo: “Quiero vivir con mi mamá”. Al rato los chicos le hicieron lugar junto a la mamá de ellos y entre todos hablaron de cómo había sido en esa familia la internación de la mamá 2 años antes.

 

De la desesperanza a la esperanza

Se aprecia la captación de los chicos al clima de respeto para todos los concurrentes que brinda seguridad y genera confianza. Rotenberg (2007) afirma: “…Quise intervenir en el entramado vincular en el que se estaban tejiendo las relaciones familiares, no sólo en la que éstas presentaban rasgos enfermantes con niños en edad de crecimiento (para intentar evitar que pudieran resultar patológicas) sino también en las relaciones en la que los padres actuaban más armónicamente pero aún así con dudas y aspectos para trabajar de sus propias experiencias infantiles que se reactualizaban con la crianza de los hijos” (p.21)

John Kenneth Galbraith (1992) en su libro La Cultura de la Satisfacción describe como… “lugares antes pobres pero benignos y culturalmente atractivos, son ahora centros de terror y desesperación. La razón es que lo que era un paso que iniciaba el ascenso en la vida económica se ha convertido ahora en un callejón sin salida” (p. 47). Este economista fue asesor de Roosevelt y Kennedy en USA escribía esto en 1992 palabras completamente actuales.

Una madre alojada en un parador municipal concurre con sus 3 hijos de 5, 3 y 1 año. Su gesto es amargo, claramente no confía en ser ayudada. En un momento dado deja a su beba sobre el escritorio y cruza el salón hacia su bolso. Una de nosotras corre hacia la criatura para evitar una posible caída. Sofía de 5 años con su dedito en el suelo dibuja como puede con agua que se derramó. Una de nosotras observa lo que dibuja: son números. Martín comienza a jugar con plastilina. La conversación gira en torno a las dificultades laborales de varias mamás. Se comenta que Sofía sabe y escribe los números. En esa oportunidad, esa mamá se retira con sonrisa agradeciendo “gracias por haberme mostrado que mi hija sabe los números”. Esa familia volvió aproximadamente 6 veces y en cada una, hubo progresos en los vínculos entre ellos y con las demás familias.

Contar con un ámbito dónde se reconoce a las familias, se las acepta cuando concurren, sin críticas, y a la vez, con el recordatorio, cada vez que se hace necesario, que no sirven los consejos y que, al hablar, ayuda que sea desde lo que cada uno siente al escuchar al otro, va creando confianza en que se está en un lugar seguro, condición indispensable para lograr, al paso de cada uno, el redesarrollo que a cada uno le sea posible.

La presencia de los chicos posibilita a los terapeutas renovar el contacto con su propio universo vivencial infantil, enriqueciéndolos en todos los planos, ampliando su comprensión en aspectos tanto clínicos como teóricos. Los conceptos cobran vida por así decir.

Tanto en familias con madre que han estado internadas, algunas que reciben medicación, como en las situaciones en que los chiquitos son alojados en un Hogar porque desde la escuela, la guardería o el jardín maternal, se detectó un descuido severo, hay sufrimiento emocional para el equipo tratante.

En muchos casos los chicos son los únicos acompañantes como ya se vio de padres o abuelos carenciados en más de aspecto. Sin embargo, los coordinadores notamos que la actividad nos brinda crecimiento en nuestros recursos terapéuticos y generalmente, nos vamos mejor que como entramos. La mayor parte de las veces lo mismo les pasa a los pacientes. Tengamos en cuenta que es particularmente difícil lograr que eso suceda con personas que no vienen por una demanda propia sino “mandados”. Así con Jazmín y sus hijos vivimos momentos inolvidables. Vamos a relatar una breve historia y dos experiencias en reuniones distintas. Jazmín es una madre de 27 años. Refiere haber llevado ella a sus hijitos Chiara de 3 años y Thiago de 1 año y medio a un Hogar porque si no iba a caer en la indigencia. Ella y el papá se habían separado y ella no recibía ningún ayuda de las familias ni de ninguna entidad. Luego supimos que el papá es varios años menor que ella, cuando se casaron él tenía 19 años. La versión de la Defensoría de menores es distinta: resolvieron internar a los chicos en un Hogar porque en la guardería se registró que estaban descuidados. Iban desabrigados, no concurrían a los tratamientos indicados, Chiara tiene un retraso en el habla…Jazmín que quedó huérfana de madre a los 3 años, para criarlos se guió con tutoriales ofrecidos por internet. Nos recuerda las experiencias con las monas de felpa y de alambre de la etología. Jazmín nos confió que como los bebes no le hablaban, ella tampoco se dirigía a ellos con la palabra. Para mi gran sorpresa, en una oportunidad me acusó de haberle mentido. Se refería a mi ofrecimiento de llevar adelante en la Escuela para Padres las reuniones de revinculación de ella con sus chicos. Cuando llamé a la Defensoría me informaron que esas reuniones estaban teniendo lugar en el Hogar que aloja los chicos, tanto con Jazmín como con el papá. A referirle esto a Jazmín, que a mí no me lo había dicho, me respondió “pero esas reuniones son para los chicos.” En ese comentario se sintetiza el problema de Jazmín como madre: si es para los hijos, no es para ella. (Narcisismo patológico que es casi una caricatura pero que en diferentes grados se encuentra tan a menudo: por ejemplo, en las comparaciones que suelen interferir que los padres acepten los rasgos diferentes a sí de sus hijos). El Hogar queda a una hora de distancia del hospital. Sin embargo, las autoridades del-mismo aceptaron mandar a los chicos con un educador para las reuniones de revinculación en el hospital. La segunda vez que concurrieron casi al final de la reunión, Jazmín procuró torpemente limpiarle la nariz a Thiago. Este se echó a llorar desconsoladamente, todos los que estábamos allí sentimos que ese llanto no era solamente por la aspereza del pañuelo. Al levantarlo Jazmín lo hizo de modo tal que se golpeó la cabecita del nene. Al ofrecerle, después de un ratito prudente, sus brazos el educador del hogar, Thiago se refugió en su pecho y al rato se durmió. Cuando se fueron, nosotras nos abrazamos llorando.

El comentario que Jazmín hizo la vez siguiente fue que había tenido un problema de conexión. Todos comprendemos que registrar la tensión muscular, la empatía faltante, llevará tiempo para que esta mamá pueda llegar a sus vivencias propias tal ha sido su desamparo infantil actualizado en el contacto con sus hijos.

Unos meses más tarde, al irse al baño con Chiara, Jazmín le avisa a Thiago que va y vuelve, pero él no lo capta hasta un rato después que patea a la educadora que lo acompaña y grita pidiendo por la mamá. Las pacientes presentes comentan su berrinche, y yo les digo que no es un berrinche, que Thiago está enojado porque la mamá salió sin él, y pateo el suelo y continúo poniéndole palabras a la situación. Thiago comienza a escuchar, se tranquiliza y retoma su juego previo. Una abuela comenta luego: “…con 4 hijas y 2 nietos es la primera vez que me doy cuenta de que un bebé es una persona”.

El caso por caso, el trabajo con cada familia y con cada uno en el seno de la micro sociedad de la multifamiliar aprovechando “la mente ampliada” (Narracci, 2011) a que da lugar este modo de trabajo en el que se facilita la conversación entre todos, configura un espacio-tiempo donde es posible a la vez observar y participar del proceso en la trama de las interdependencias. Estas se “ven” y se ve también la creatividad de cada uno, niños, padres, terapeutas. Personas que podemos encontrar con otros el “ser” genuino de cada uno a cada momento, más fácilmente entre muchos que en la intimidad de cada casa, en la privacidad de cada familia, así como en equipo mejor que en la soledad de cada consultorio. Privacidad a la que se retorna, enriquecidos con estos intercambios.

 

Bibliografía

  1. Badaracco, J (2006). La nueva manera de pensar, Inédito.

Galbraith, J. K (1992). La Cultura de la Satisfacción, Buenos Aires, Argentina: Emecé.

Narracci, A (2011). Adentro y afuera, entre las personas, sin tiempo o en el tiempo.

Rotenberg, E (2007). Hijos difíciles-Padres desorientados. Padres difíciles-Hijos desorientados. Buenos Aires, Argentina: Lugar Editorial.

Rotenberg, E. (2014). La “función parental verdadero self”, base de la integración del Yo. En E. Rotenberg (Ed.) (2014), Parentalidades, Interdependencias transformadoras entre padres e hijos. (pp. 37-69) Buenos Aires, Argentina: Lugar Editorial.

 

Bibliografía general

  1. Badaracco, J (1989). Comunidad Terapéutica psicoanalítica de Estructura Multifamiliar. Madrid, España: Tecnopublicaciones S.A.
  2. Badaracco, J (2000). Psicoanálisis Multifamiliar Los Otros en Nosotros y el descubrimiento del sí mismo. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Mandelbaum, E. (2015). Teoría y Práctica del Psicoanálisis Multifamiliar desde el Psicoanálisis Integrativo. Becar, Argentina: Ediciones del candil.

Mitre, M. E. (1998). las voces de la Locura. Historias verdaderas de una clínica Psiquiátrica. Buenos Aires, Argentina: Emecé.

Mitre, M. E. (2016). Las voces del Silencio. Por qué se curan los pacientes que se curan. Buenos Aires, Argentina: Sudamericana.

Los comentarios están cerrados.